Dios no es culpable.
<<Algún enemigo ha hecho esto>> (Mateo 13: 28).
Emie Chambres, senador estatal de Nebraska, Estados Unidos, presento una demanda contra Dios en la que lo acusaba de ser causante de las <<espantosas inundaciones, violentos terremotos, horrendos huracanes, terroríficos tornados, perniciosas plagas, feroces hambrunas, devastadoras sequias y guerras genocidas>> que ocurren en el mundo y que han provocado <<muertes masivas y destrucciones, y que han aterrorizado a millones y millones de habitantes>>.
Que alguien pretenda hacer comparecer a Dios frente a un tribunal y atribuirle la muerte de personas parece una locura. Pero Chambres no es un lunático. Por el contrario, es un ciudadano honorable de su comunidad. Quizás tu no hayas pensado llevar a Dios al banquillo de los acusados, pero con seguridad la duda te sobrecoge cuando lees, escuchas o sufres las consecuencias de una catástrofe natural. Todos en algún momento nos hemos preguntado: ¿Es Dios culpable de estas tragedias?
En Mateo 13 Jesús narró la historia de un hombre que sembró buena semilla en su campo. Pero cuando todos están durmiendo <<llegó un enemigo, sembró mala hierba entre el trigo y se fue>>. En consecuencia, junto con el trigo bueno <<apareció también la maña hierba>> (versículos 25, 26). Pero el culpable de que apareciera <<la mala hierba>> fue el <<enemigo>> que la sembró.
Es Satanás el que suscita <<espantosas inundaciones, terremotos, horrendos huracanes, terroríficos tornados, perniciosas plagas, feroces hambrunas, devastadoras sequias y guerras genocidas>>. Es Satanás el que está envenenando la atmósfera y alterando los elementos de la naturaleza. Y hace todo esto usando a sus agentes demoniacos, pero también se aprovecha de nuestra ambición y de nuestro egoísmo para continuar destruyendo nuestro planeta. Por todas partes el enemigo anda sembrando su <<mala hierba>>. Así que en lugar de demandar a Dios por todo lo malo que sucede en el mundo, hagamos preparativos para irnos a vivir con él en el cielo.
Muy pronto Dios liberará a su creación de todos los males que el pecado ha provocado. Él nos ha prometido llevarnos a vivir a un <<cielo y una tierra nueva>> (Apocalipsis 21: 1, RV95) donde no habrá terremotos ni ciclones, ni enfermedades ni muerte. Cuando llegue ese momento, tú, Dios y yo nos sentamos a juzgar a todos aquellos que atribuyeron a Dios lo que había hecho Satanás.
Tomado de: Lecturas Devocionales para Jóvenes 2016
“Visita mi Muro, 366 Mensajes que Inspiran”
Por: J. Vladimir Polanco
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